Tan formalitos que parecen. Tan cumplidos y serios.
Tan suyos.
Atención: porque, cautelosos y calculadores, solapan sus conveniencias de "hombres de negocios" a la ocasión implacable con la que sacar tajada de cada coyuntura. Aprovechando cualquier debilidad del interlocutor en la transacción que se tercie.
Si se encarta (que sobran los momentos), opinan con el fingido comedimiento de la boca chica, concediendo a medias razones repartidas, camuflando apenas alguna que otra equidistancia, nunca comprometidos del todo y desde luego ambiguos, cuando se trata de los intereses ajenos.
Se les ve algo agazapados, como en espera de asestar los golpes.
Sin ser los únicos, qué modosos asoman, qué "oporTUNOS" con frecuencia, los políticos (¿chicos dudosos de gasolina?) del PNV.
Es que siempre que hay oporTUNOS, aparecen los oportOTROS.
ResponderEliminar(Pionono ya solloza)