lunes, 29 de junio de 2020

Como soy mayor...

Por increíble que parezca, dada mi proverbial torpeza para el bricolaje, el mundo de las ferreterías ejerce en mi ánimo una garantizada fascinación.
Lo abigarrado y mayoritariamente arcano -- para mí -- de las mercancías y herramientas que en esos establecimientos se expenden, con la diversidad de materiales y los colores, brillantes o no, con que están construidas, implican una considerable seducción que imagino magnificada por mi ignorancia que no es crasa sino, tal como se lleva ahora decir, "lo siguiente".
En mi ya prolongado asentamiento como ciudadano de Chiclana de la Frontera, dos empresas principales del sector me han abastecido de cuanto artilugio me fue requerido por el Destino, casi siempre arrebatado por el carro de Elías que suponen los proyectos de lady Taladro. Una de ellas, la que, ay, tenía sucursal próxima, cerró poco ha; así que la otra, algo distante, es la que a la sazón acapara mis devotas expediciones.
Para no sufrir las demoras que se derivan de la numerosa concurrencia clientelar, y valiéndome de mis costumbres madrugadoras, suelo asistir a la hora de apertura: hoy, por ejemplo, era yo el segundo "operario" en espera. Con puntualidad llegaron los empleados y dio comienzo la jornada. Somos disciplinados. Yo ingreso con mascarilla, cumpliendo, aunque casi sin convicción, los vigentes requisitos; aguardo mi turno extrayendo previamente el "ticket" con el numerito de la máquina que certifica el orden de llegada; y compro una lata de esmalte antióxido blanco, otra de disolvente, una brocha y un par de guantes para el trabajo en el jardín.
En ocasiones experimento un difuso impulso de eclecticismo y entonces suceden estas escapadas de las habituales divagaciones y de los circuitos neuronales de la fantasía, estas esporádicas inmersiones en la realidad, estas gestiones inocentes y pragmáticas que, como soy mayor, me confieren una resplandeciente aura de augusta eficiencia.   

domingo, 28 de junio de 2020

La perspectiva

Anoche por televisión repusieron, y no es la primera vez, el "film" Apocalypto.
Poco convencional, y con el refuerzo de los años que la cinta tiene sin decaer de interés, traslada una visión que muy probablemente es verídica (y desde luego verosímil) del trato "delicado" que las tribus precolombinas se daban entre sí, del otro lado de ese Atlántico que veo frente a casa.
Digan lo que digan los melindrosos contemporáneos, es evidente el error y la manipulación que pretenden instalar al contar una historia que nunca existió con el enfoque anacrónico que idealiza sobremanera determinados estilos de vida que, junto a interesantes desarrollos y peculiaridades culturales para antropólogos e investigadores de la arqueología, etc. extendieron por el continente, que después íbamos a llamar América, todo un sistema de beligerancias y crueldades y genocidios (palabrita que tan de moda está) al lado de los cuales no resultaron peores los llevados a cabo por los conquistadores.

Las realidades van a ser muy difíciles, si no imposibles, de suplantar por el mero capricho falsificador de los embusteros e intoxicadores que las releen, y procuran reescribirlas, con los renglones torcidos y las manchas que dejan los dedos sucios de la demagogia. Porque el Tiempo y los hechos ya tienen su propia y verdadera perspectiva.   

jueves, 25 de junio de 2020

5 por 8

Para mi tacto y labios es el gozo
de tus volúmenes, ahora generosos;
la satinada piel, el resplandor
del cabello, de oro oscuro el color.
La voz que de susurros se enternece
en las palabras que el amor merece.
Y el juego tantas veces renovado
de los dos cuerpos, bien acompasados.

Y aunque ya el corazón
experimenta arritmias de "zortziko"
y amagos de fermata y calderón,
en este tiempo de nuestra sonata,
con el fondo de tanta mar de plata,
es el complot más rico
y el "LA" más dulce del diapasón.


martes, 23 de junio de 2020

En la "tele" de las broncas

No nos sorprende el descaro con el que manifiestas tu loca condición de bestia parda. Porque el mal olor que desprende ya nos viene llegando a rachas durante estos años.
Ahora, más abiertamente que en otras ocasiones, creyéndote -- aprendiz de tirano estúpido -- el amo del medio de difusión que te ha encumbrado, con tu enhiesta soberbia de mediocre que rezuma el revanchismo del postizo éxito visible, afirmas colérico que no tolerarás y que, por cualquier medio a tu alcance, impedirás que en tu presencia alguien se atreva a decir lo que te es contrario.

Con demagogia y con encarnizamiento ideológico, sectario fanatismo y vestido con uniforme que quiere dar a tu mofa tintes militaroides de parodia y desdén, el plumero de tu trivialidad de rancia folclórica se te petrifica enquistado en las cuentas pendientes que la bajeza incuba siempre contra el mundo.

¿Un energúmeno que juega a despistar con seudosuperioridad barata? ¿Un manipulador que trampea con los argumentos?: venga ya, "presentador".
Burlarse de una persona ofendida es un hábito muy feo. A la ofendida sólo le quedó decirte que te burlases de la madre que te parió, hombrecito.  

lunes, 22 de junio de 2020

Aquellos erráticos artífices y unos músicos que los sufrían

El sonido.
Los que sean, todavía, o hayan sido músicos como yo lo fui durante mis tiempos de oficio, seguramente participarán de este recuerdo de hoy.
De alguna manera, y como fenómeno sorprendente, los técnicos de sonido siempre parecieron enemigos parciales de la música y sus "intérpretes y ejecutantes", tal como detalladamente especifican en la AIE.
Numerosísimas tardes en las que durante las giras se procedía a las pruebas previas a la actuación, el resultado iba deteriorándose de modo ostensible y tomando rumbos tergiversadores, sometido a la vanidosa "pericia" de los técnicos, más dedicados por lo general a fingirse indispensables conocedores del asunto ya que rara vez demostraban la sensibilidad que a la naturalidad de la música conviene, y a sus, también, lógicos equilibrios y proporciones, que así es aunque exista un margen de flexible subjetividad que jamás debe derivar a finca sin vallado, ni a merienda de negros, sean o no afroamericanos. Por descontado, y ya en medio del "show", eran notablemente aficionados a cambiar sobre la marcha todo lo ensayado, mientras sus manos de "expertos" sin descanso iban manipulando cuanto añejo potenciómetro o cibernético artilugio postmoderno incorporaban las mesas de mezclas, las etapas de potencia, etc.
El pulso, la lucha de soterrada tensión, también tenían lugar en los estudios de grabación, con escasas excepciones: era un milagro encontrar un tío que grabase con criterios musicales presentables, con un relativo "paladar". A ello fue sumándose un número no menor de "productores"(!), especie invasora que se encumbró a base de temeridad y prepotencia como principales ingredientes de su nefasta ambición.

Ahora, el galimatías absolutamente indescifrable que expele la pomposa megafonía municipal en la playa, me lleva a evocar aquellos pretéritos y deprimentes episodios. Lo hago con indeciso alivio.     

domingo, 21 de junio de 2020

Si de verdad no es cuento

Antes de que en España dispusiéramos de las cómodas máquinas domésticas lavavajillas, nuestras madres afirmaban que un vaso o una copa de vidrio estaban realmente limpios cuando, al frotar del enjuagado, producían un característico, peculiar sonido: una suerte de chirrido suave. Ya sabéis, aunque quizá no todos, a lo que me refiero.
Detalles similares asoman de manera esporádica a la memoria. De tantas cosas como las escuchábamos decir y que irían calando por los poros de nuestros inconscientes y elementales aprendizajes.

Y a veces cabe preguntarse si de verdad no es cuento lo de la otra vida: si resulta que la hay. Si encontraremos acaso a nuestra gente que nos ha ido faltando, que a saber en qué órbita andan esperándonos para darnos la sorpresa y la bienvenida.
Para repetir de nuevo las frases y las claves que antaño constituyeron el pentagrama familiar de cada uno. Los ritos. Los aciertos, errores y tanteos del camino.

-- No lo dirás en serio.
-- Ni en broma.

sábado, 20 de junio de 2020

Para limpiar el planeta

-- Te noto rotundo.
-- ¿Lo dices por los kilos que voy acumulando en estos meses?
-- Por eso, también. Pero leyéndote lo de ayer, FACCIÓN  y BANDO, ¿no te quedaron algo drásticos?
-- Ni tanto. En cambio los que, a mi entender, van sobrando son los disimulos y las elipsis de tantos rollos, entre las modas y el frecuente y extendido "recular en tablas"; que unos van de avestruces mientras los otros van de cacatúas.
-- ¿Y eso?
-- Que lo de siempre es lo mismo y no cambia con mudarle el nombre. Más de acuerdo estoy con CJC que se esmeró constante en la precisión y la sonoridad de las palabras.
-- ¿Así que te parece menos cursi el diminutivo MARIQUITA...
-- ...y el aumentativo MARICÓN, que prefería Camilo...
-- ... que el sedoso...
-- ... o resbaloso...
-- ... y cosmopolita GAY?
-- Igual habría que elegir, si el armario de tu salida es de Ikea o de firma de mueble castellano tradicional.
-- ¿Y del mal llamado "genocidio" que sirve de pretexto brutal contra Cristóbal Colón y otras figuras históricas, y ahora da para derribar estatuas?
-- Que por más sucesos de racismo que por desgracia ocurran, la histérica ignorancia y la cerril incultura de las hordas, el fanatismo azuzado por las ideologías y el resto de la basura no sirven para limpiar el planeta.
-- Ya veo. 

viernes, 19 de junio de 2020

Poco a poco

No sorprende que cuando se han producido con notoriedad gestos y actuaciones de los rabiosos contra la figura del Rey y contra los símbolos nacionales, sin recibir especial crítica (antes bien, con algún aliento o comprensión filoseparatista) por parte de ciertos figurones, o cuando las salvajadas de los raperos o las insultantes burlas antirreligiosas de otros energúmenos son condonadas con una hipócrita bula de "libertad de expresión", poco a poco se vaya llegando al episodio, ya viral, de la galería de tiro malagueña.
Vivimos por desgracia una etapa de colores tormentosos que nada bueno augura. Y ocurre que a la facción que desempolvó con ahínco el estilo maniobrero de las provocaciones demagógicas y de las otras, finalmente le ha ido saliendo la respuesta, nada tímida, del bando contrario.

Ahora, calentando motores, no pintan bien el horizonte ni la cristalización posible de sus desenlaces. Aunque sí vuelve a llamar la atención que la abogacía del Estado, que más debería llamarse la del partido en el Gobierno, sea tan caprichosa y frívola a la hora de elegir entre el remoloneo distendido y la asepsia fingidamente escrupulosa para unos casos, y la diligencia asombrosa y el prodigio de eficiencia que repentinamente exhibe para otros.    

lunes, 15 de junio de 2020

¡No pasarán!

Quienes hayan frecuentado, a lo largo de estos ya años, las vicisitudes que el Hipocampo expone, o de sí relata, saben ya de esa contienda formidable y desigual que, contra los insectos y similares, tenemos planteada. Alguna anécdota puntual se ha referido aquí con los pormenores que a la ocasión han correspondido.
Pues bien, en la línea de esa defensa, y como efecto colateral de las reparaciones recientes, se procede en estas fechas a la indesmayable restauración de mallas que repelerán con rigor e infranqueable método el atrevimiento insolente de según qué especies que serían invasoras si no encontrasen, para su indignada decepción, esa suerte de Muro de Adriano que con detalle minucioso programa y lleva a efecto Lady Taladro, con inventiva acreditada y brillante diseño.
Como otras veces, la acción externa desarrollada en las terrazas al mar no ha podido por menos que despertar la curiosidad (entre científica y asombrada) de un selecto número de transeúntes y de absortos y escasos vecinos que han permanecido en un respetuoso silencio, espectadores de cada evolución y cada magistral solución propuesta.
Pinche de esta cocina metafórica, y dentro de un cometido marcadamente subalterno, el Hipocampo ha hecho acopio religioso de virutas y otras muestras fehacientes de la actividad realizada, no descartando que los arqueólogos del futuro pueden estudiar a conciencia el hallazgo fortuito de alguna señal que el azar o la inadvertencia pongan a salvo del definitivo olvido.

sábado, 13 de junio de 2020

¿Y por qué no empezar por lapidar a los que, nunca libres de culpa, arrojan la primera piedra?

El furor despechado de esa suerte de concubina de tu mala suerte (que ingresó suculentos dineros medrando a tu lado) queda como ejemplo de bajeza y de traidora ingratitud al denunciar las maniobras que precipitan tu descrédito y manchan, de manera quizá indeleble, tu expediente.

Clásica y cíclica, hasta en la literatura, ha sido la apresurada reacción de tus detractores, de tus enemigos quienes, jamás en este caso -- "por ser vos quien sois" --, tendrán en cuenta esa condición que a la carne y hueso que todos somos nos hace presa de las tentaciones, todas o casi. Y a ti, blanco preferente de la animadversión y la envidia de una legión que componen, en diversos porcentajes, fariseos, murmuradores, viejas del visillo, bocachanclas que azuzan a las masas, mercachifles de salón y en fin, toda la caterva hipócrita y vociferante de juzgadores sobrevenidos de repente, con las urgencias de exigirte la conducta intachable de la que sobrepasadamente ellos carecen.

Y hablando de porcentajes (y encajando lo utópico de la ética en estos tiempos desgraciados), no sé cuál sea el de tus comisiones: que habrá que suponerlas relativas al astronómico monto de los negocios gestionados y conseguidos; y cuyos beneficios a todos parecieron de perlas, como impulsores de la economía, el desarrollo, los puestos de trabajo y las cosas esas de las que siempre se habla y siempre hablan los que ahora callarán, escondidos. Los que saben, como seguramente sabemos, que también "por ser vos quien sois" las voluntades de los magnates internacionales, de los ceremoniosos y todopoderosos jeques del petróleo (porque les encanta presumir de lazos familiares y de abolengo histórico contigo, y puede que por nada más) se movieron en tu/nuestro favor. 

viernes, 12 de junio de 2020

¿Una oleada de qué?

En las sociedades de tiempos pasados, por costumbre prudente y por conveniencia, se tomaban muy en cuenta la opinión y los criterios y las recomendaciones de los mayores. Que la experiencia es madre de la ciencia, además de refrán, es realidad cuya evidencia sólo los más idiotas pondrían en cuestión. Hasta el diablo sabe más por viejo que por diablo.
Y debe ser una creciente oleada de idiotas la que en nuestras atropelladas calendas contemporáneas no desperdicia ocasión para desdeñar y descalificar a quienes hoy deberían ser, como mejor o peor lo fueron, guías de la tribu, y en tiempos de serias carencias.
Contra Felipe González, Paco Vázquez, Corcuera, Rodríguez Ibarra, el propio Anguita, fallecido reciente, los novatos del rojerío, los monederos y afines, con lo que ni siquiera merece llamarse "talla", alzan su frecuente impertinencia de "enterados", de protestones niñatos, añejos ya, que se portan todavía como destemplados repetidores de curso, siempre y para siempre, faltando al respeto y con más ruido, mucho más, que nueces.

Entre la demagogia baratísima de inexistentes barricadas, las consignas de papagayo/ametralladora y el postureo fácilmente corruptible de la televisión y sus estúpidas vanidades, estos estorbos para lo que debería ser la política útil, insisten en la exhibición de sus insolencias y del fracasado barniz de dogmatismos de taberna con el que no terminan de camuflar la mala digestión de sus cargos, oficiales o no, con los que ven remunerados hasta el absurdo sus bolsillos infatigables.   

miércoles, 10 de junio de 2020

El péndulo: flecos de un "relato"

Al comienzo de lo que finalmente
tuvieron que admitir que era pandemia,
y cuyas pantomimas imprudentes 
que fomentó "la fiel ideología",
como ya se temía,
ni con  mucho eran lo conveniente...

...tan sólo nos dijeron del problema
que era una cosa ajena,
poco menos que algún cuento de chinos
y aunque nos daba pena,
"en ningún caso nos ocurriría"
aquello que en Italia se sabía
que pilló a los vecinos.

Pero luego, de pronto,
se pusieron de perfil riguroso,
más papistas que el Papa,
más bravos que el marido más celoso.
Así que decretaron
la suspensión completa y el encierro
a cal y canto del país entero:
las calles, un entierro
y cada ciudadano en su agujero.

Pero se desnivela la balanza
y el desastre económico sucede.
¿Conque hay que recular y se concede
sacar pecho valientes,
y el juego de un prensaje sin ambages
de una riada de "PAPEL" moneda
que, como en el Palé, en nada queda?
¿Y ahora con prisa, abrimos las fronteras
porque sin el turismo y el consumo
no habrá quien salga de la ratonera?
¿No hay otra alternativa
al raro péndulo del desgobierno
y su veleidosa "iniciativa"? 

martes, 9 de junio de 2020

Causas de una evaporación

Las intervenciones, bien que necesarias o convenientes, que en el acuario metafórico del Hipocampo vienen teniendo lugar a lo largo de sucesivas jornadas, claro es que iban a incidir con incómodos trastornos en el delicado equilibrio mental que a este redactor caracteriza.
Precisamente no es el tipo de situación que favorece el ánimo, tan por lo general quebrantado de insomnios y frecuentes desvelos. Conque ya imaginarán Vuesas Mercedes que el deseable sosiego que uno elige para cualquier discurso (tan ausente en el fragor de la albañilería y el arsenal de máquinas con el que horadan y cortan y golpean diversos materiales de las más variadas condición y resistencia), los residuos inherentes, la relativa suciedad sobrevenida...

¿A qué ponderaros cuanto de caótico asoma su preocupante color sobre el lienzo que pretendemos sereno de nuestras vidas? ¿No parece a la consideración de Vuesas Mercedes que ello bastaría para interrumpir las líneas del "blog", para dejar, en el peor de los supuestos, un sedimento amargo de agotador desconcierto, un mínimo maremoto cuyas consecuencias acaso tarden en desvanecerse?
El Hipocampo procura sobreponerse, y aun así...  

martes, 2 de junio de 2020

Discretamente

Desgranada la cuenta de los años
desde la noche de la Trattoría,
¿pueden las ilusiones todavía
vencer en la batalla al desengaño?

Nos miramos igual, con el cariño
de aquella vez, sobre las almohadas;
y aunque a veces nos viene el temporal
sigue habiendo una luz en las miradas.

Lo que traiga el futuro, ¿quién lo sabe?
Pero es presente hoy: seguramente
es sólo lo que cuenta.
Y así, poder decir discretamente
"algo más de 60".

lunes, 1 de junio de 2020

La fecha

En las jornadas previas, o preparatorias, de la efeméride que mañana, "con el permiso de la Autoridad y si el tiempo no lo impide", tendrá lugar, dos artefactos han ido incorporándose al devenir de Lady Taladro.
El que, de ambos, más ha despertado su adhesión y, cabría añadir, su entusiasmo, es un lanzallamas portátil que hace sus delicias por el alto nivel de funcionalidad y la inmediatez de su respuesta eficientísima, aunque el Hipocampo, siempre remiso con la tecnología, prefiere, de momento, la tradición de la caja de fósforos (cerillos, por otro nombre) para los menesteres que requieren las previsibles intervenciones.
Por otra parte, incomparable y lejana desde luego, de las implicaciones de cualquier lecho de Procusto, la nueva explanada para el reposo ha evidenciado una firmeza inaudita y superior a lo esperado y a lo que la experiencia probatoria, necesariamente breve y circunstancial, entendió al momento de su elección. Pasados los primeros desconciertos y el estupor y la zozobra naturales que se derivan de unas decisiones que calificaremos de éxito y consecuencias todavía por determinar, la facción más impasible del dúo está procediendo a lo que podríamos llamar sin desdoro preliminares de doma y ya iremos viendo.

Ante la danza de cíclica parsimonia con la que se suceden los calendarios para reflejar el misterio del Tiempo y sus aconteceres, ¿cómo no señalar con relieve y cauteloso júbilo la fecha de mañana?