Al pacto antiterrorista/antiyihadista que en su día acordaron PP y PSOE, se suman ahora nueve partidos políticos más, lo que ya iba siendo hora. Quedan fuera, porque así lo quieren, declamando sus miserables ventajismos, los del mayor "ancho del embudo".
Los hay, cabeza de ratón, que no obstante se sienten molestos por mor de melindrosos matices en una redacción ya dada, en la que por el momento no pueden meter la personal cucharita.
Incluso algún ridículo con ínfulas de arrogante, ha participado poniéndose de "observador" perfil.
Lo que parece complacer a los arrimados es la satisfacción de controlar a Mariano para que no pueda decidir sin la aquiescencia de estos meros, por respetables que sean, comparsas.
Y lo que acaso cuenta, en el fondo, es que el gallego (listo, retranquero, cauteloso) los ha atado en corto, para que cualquier compromiso delicado que internacionalmente nos obligue se cumpla con la implicación de todos los firmantes, de manera que, sin escandaloso cinismo, no podrán echarle el muerto solamente a él, como suelen otras veces (cebándose cuando algo sale mal o simplemente no les agrada), con su acostumbrada y ruin demagogia.
Habrá que pringarse, chicos.