Si Ud. sobrevive a la secuencia trepidantísima con la que esta película "se abre de capa", ya está preparado para todo lo demás.
El Sr. Craig, curiosamente (que es quien a la sazón viene ostentando la antorcha olímpica de esa estirpe que inaugurara el Sr. Connery), no pierde la compostura ni la corbata en los diversos lances, zurras y sádicas torturas en los que se ve envuelto y permanece firmemente anclado en unos trajes y camisas ceñidos que por lo visto su sastre le recomienda encarecidamente, aunque no parezcan las prendas de vestir más cómodas para tanto ajetreo.
Las imágenes de presentación de "Spectre", durante los créditos del reparto, son soberbias y de una plasticidad y belleza que no dejarán margen para las quejas. El argumento es fiel a las características de la serie y los efectos especiales son de lo mejorcito.
La banda sonora, muy eficaz e impactante, sobre todo aumentando el relieve de la acción cuando ésta crece.
La Sra. Mónica, aunque con exageración ha sido aireada como anzuelo excepcional durante el lanzamiento y promoción del film, tiene un papel breve, poco más que testimonial, que resuelve sin esfuerzo.
Y el vigente Bond acentúa con una leve frialdad semiatlética el estilo lujoso del personaje.
Mención aparte merece el Aston Martin DB10, de portentosa hermosura y elegancia difícilmente superable. La decisión de hacerlo caer al agua tan pronto, de manera que no podamos deleitarnos más con su estampa, se nos antoja una imperdonable faena.
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