martes, 25 de marzo de 2014

El patio



Se me podrá decir que no es novedad. Quizá es un poco de cansancio mío.
Pero el creciente salvajismo y la extraordinaria barbarie que observamos es de todo menos lo propio de un siglo XXI ya.
Se suponía que en un mundo de tantos avances tecnológicos y de tan supuesta y vanagloriosa “civilización” no tendrían cabida las escenas que la “tele” nos endilga como parte de la esponja cotidiana.
Tremendos los energúmenos antisistema, palabra demasiado elusiva para tales cafres. Similares, los futbolistas (si no todos, desde luego, demasiados de ellos), agrediéndose con brutal desparpajo y ningún disimulo, durante lo que poco el asunto va teniendo de juego.
Guerras variadas. Y que no se terminan.
1.000 anécdotas. Una de las recientes: una joven, estrangulada ¡por sus padres! por no recabar su consentimiento para casarse, la “tele” dixit. Etc.
Contemplad el patio. A este paso, no será tan penoso despedirse de él.
(Cuando toque, que el caso es que prisa tampoco hay.)
Y a ver si mañana estamos más animosos.

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