sábado, 21 de octubre de 2023

De la curiosidad a la decepción

 

Anoche, por TV2, emitieron “Belle de jour”, con todas las alharacas que se suelen conceder a las “vacas sagradas” y a sus “obras cumbre”.

Tan de su “etapa francesa” es la “peli” que, en los créditos, nuestros gloriosos vecinos del otro lado de los Pirineos no consideraron necesaria la tilde o virgulilla sobre la eñe del apellido Buñuel.

Y en fin, ahí estaba el Hipocampo en el sofá, resuelto a verla (a la “peli” me refiero) de nuevo, 56 años después de cuando en Santa Fe de Bogotá, donde ya entonces no había censura.

Casual muestrario de lo que parecen obsesiones y morbos del director aragonés, el film no ha resistido el paso implacable del Tiempo: y queda, a estas alturas de lo vivido y de lo ocurrido, casi inocentón/ridículo, discontinuo, tocado de ese caprichoso surrealismo gratuito que algo efímero fue y tan pasado de moda asoma, a base de personajes artificiales y cuadros superpuestos, con no siempre lograda ambición de rompedores, digan lo que digan los sesudos apologistas invitados por el programa.

Ni, aunque apuntaba, la joven Deneuve había madurado todavía lo que luego ha sido su permanente, deslumbrante, casi intocable hermosura que ahora cumple 80 añitos, vaya.               

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