O
sea que muy buena estampa. Y si las noticias que de ti se difunden son
verdaderas, y lo visible de tu comportamiento también parece acreditarlo, buena
chica, responsable y formal con los estudios y con la losa gigantesca que te va
a caer -ya te está cayendo- encima.
Porque
así a bulto, la lectura fácil y boba, o intencionada, es la de los privilegios
heredados en la cuna dinástica y bla, bla, bla. Pero cuando bien podrías permitirte
esquivar la tarea que te espera, vas y la asumes: ponerte, cuando toque y si la
cosa da de sí, al frente de este país revoltoso, algo irreflexivo e
inconsecuente, que se deja amansar y distraer con esto y aquello, y se adormece
en la fiesta y los “puentes”, siendo además presa propicia al envenenamiento y
a la rastrera aspereza que sin ir más lejos, hoy, y para hacerse notar, han
vuelto a enarbolar esos groseros energúmenos, esos cerdos de la política,
beneficiados del chollo aunque ingratos remisos para la educación y el respeto
que te deben por lo que simbolizas.
El
horizonte pinta jodido, niña Leonor. Que Dios te reparta, como a los toreros,
suerte. A todos va a hacernos falta.