-Según eso, ¿te parece edificante la
conducta “del” Froilán ese?
-Para edificante, para ejemplar, ya
tenemos el comportamiento de nuestros políticos.
-Eso no quita.
-Algo quitará; a lo que voy es que, como
dice un refrán o así, “que no nos mande Dios todo lo que podemos soportar”. A lo
que cabe añadir que tampoco nos ponga a prueba Dios colocándonos en un tentador
disparadero de luces y sombras, que es lo que al mozo le ha tocado en el
sorteo. Y que, con ciertos privilegios, es lotería (casual, azarosa: todas lo son)
de la que no le corresponde mérito ni culpa.
-O sea que quien más quien menos…
-Tu dirás: yo no veo, sobre todo en estos
tiempos, muchas señales de espíritus rectos y escrupulosos de conciencia. Y “si
eso es así, como sostienen los teóricos de los antiguos astronautas…”, ¿a quién
pedirle tanta cuenta?
-Alguno dice que a los cachorros de
Urdanga no se les trata igual, que no dan motivos…
-Puede que hayan salido más suizos; o que
han visto en casa un lobo con demasiadas orejas y eso, no digas que no, suele
escarmentar.
-Pues vamos bien.
-Qué va, mi niño, qué va. Pero los
enterradores “amateurs” no han de ser quienes lleven las velas.
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