de los medios de comunicación,
siempre empeñados en darte una lata
con ribetes de desaprobación.
Fisgones de tu vida y tus andanzas,
y acaso con rencor envidiosillo,
son cicatera y pobre mescolanza
de parásitos y vieja del visillo.
Dicen que lo hacen, llamando “trabajo”
a tal acoso de tábanos fieros:
notable y cínico ejemplo de cuajo
las insolencias de esos reporteros.
¿Son ellos los cristianos impecables
que andan tirando la primera piedra,
o sólo unos bocazas miserables
que medran porque nada los arredra?
Ni me van ni me vienen cuantos pasos
te llevan por tu senda y por tus tratos;
pero es patética esa inquisición
que le busca los 20 pies al gato.
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