-¿Así que te resultó inapropiado ese
atuendo de mera calle en una recepción de protocolo alto y ceremonioso?
-Ya ves. El hombre quiso estar fuera de
sitio, de tal guisa aderezado.
-¿El “torpe aliño indumentario”?
-Sí, fíjate; o, como se dice, parecía una
mosca en leche.
-¿De la variedad cojonera?
-No te digo que no. Pero un desplantito,
o su intención, no son lo que más “interesante” hacen al personaje. Su
recorrido, trepando al sillón presidencial, incorpora antecedentes y
comportamientos pintorescos, por llamarlos así, con eufemismo desmesurado.
-La corrección política, ¿es otra forma
de protocolo?
-O un asco, según se mire. Pero los
escrúpulos ideológicos con el vestuario son una chorrada risible en un tío como
Petro, a quien otros escrúpulos mucho más importantes jamás inquietan.
-¿Y a este “revolucionario” lo aprueba su
gente?
-Como la suya a Maduro, la otra a Ortega,
la de siempre a los Castro de Cuba, etc. Es de esa cuerda.
-Vamos, que la peste está bastante extendida…
-Y no te vayas lejos.
-Pues apañados estamos.
-Tal cual.
Pero para llegar en Rolls oficial a la cena no tuvo problemas, y para colgarse el collarón de Isabel la Católica tampoco. ¡Ay Señor, mándame más flechas!
ResponderEliminarPor muchas margaritas que coman los cerdos, se les sigue notando el pelo de la Dehesa
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