martes, 27 de septiembre de 2022

La polvareda

Los melindrosos, los escrupulositos de conciencia y meapilas inversos, andan (o lo aparentan: hay mucho de sólo apariencia en ellos) preocupadísimos con la polvareda de saber que Meloni va ganando adeptos. Como para intentar, que ya se verá cómo y si la dejan, llevar el timón de los italianos, esa gente que a ratos difiere de nosotros y a ratos se nos parece, según.

Gente que, harta de sus propias “habas cocidas”, del extendido y cansino rollo fantasma de la “progresía” y sus ruinas, parte considerable ya se queda en casa y ni siquiera se toma la molestia de ir a votar. Como aquí, vaya.

 

Y curioso que aquí se escandalicen con el peligro que le atribuyen a la derecha (extrema o no), los mismos que no se asustan con nuestros comunistas, con los “entrañables” filoetarras, con los rebeldes del separatismo que, socios preferentes y exigentes del “presiSánchez”, tenemos incrustados en el Parlamento y otras áreas de decisión, y abiertamente se proclaman antiespañoles, obrando en consecuencia y sin disimulos, “pa qué”.

Fariseos, frescos de tomo y lomo, nada sorprende a estas alturas la hipocresía y la demagogia con las que “tiran la primera piedra” estos que prefieren disculpar y “olvidar” a Stalin, con tal de renegar de Mussolini. Menudos pájaros.


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