Instalados
en sus despachos comodísimos y climatizados, rodeados de blindajes diversos, a
salvo de contratiempos corrientes porque el salario sobredimensionado -que
todos les pagamos- es revisado al alza periódica por ellos mismos, puestos de
acuerdo con espectacular escándalo…
Nuestros
dirigentes, al verse incapaces (¿ni saben ni quieren?) de resolver los
problemas que en sus cargos les van, nos predican (para el ahorro conveniente y
por mor de la inflación criminal) la ducha esporádica, con agua fría, el viaje
a pie o en “bici”, el calor del verano con el abanico y el frío del invierno
con una manta o dos y “chándal” de franela o fibra polar que, como no son
rigores nuevos, y ya los soportaban los hombres “y las mujeres” de las cavernas, no debieran sorprendernos, que lo
que pasa es que nos quejamos de todo y somos unos melindrosos.
-¿Y si los antidisturbios sacasen las
mangueras a presión y repelieran a estos mierdas en el poder…?
-Antes volverá el Diluvio.
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