¡Qué sarcasmo, canalla!¡En Ermua, tú,
que no se puede ser más miserable!
Y entre tanta figura hipocritona,
cuánta vergüenza: ¿hubo alguien que te
echara
en cara tu alianza abominable?
No te cortaste un pelo en el atril
y tú eras el más vil que peroraba.
Nadie crédito daba
al escuchar tus cínicas palabras
y contemplar esta danza macabra,
esta indigna cochambre,
esta hambre y sed que una falsa Justicia
consiente de Almería hasta Galicia:
esta ruin patraña
en que ha quedado el gobierno de España.
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