Al opulento primo Zumosol,
el títere recurre acobardado
a que saquen del fuego la castaña,
a que le arreglen el desaguisado
que con su estupidez ha provocado.
-¿Y
el interés de España
no
ha de estar respaldado por la Unión?
En Bruselas nos miran con desdén,
y otros, con compasión
sin comprender la ibérica torpeza
de mantener a un metepata nato
corriendo como un pollo sin cabeza
o como un mentecato
con histérica crisis y arrebato,
en el gobierno de nuestra Nación.
El argelino musulmán sostiene
(con ese fatalismo que le viene
del desierto y el Libro de Mahoma,
determinante y sacramental)
que no consentirá ninguna broma
y que el asunto es bilateral.
-¿Cómo
será que acabará el sainete?
-Con
el precio del gas
multiplicado
por más menos 7.
-¡Qué
mal, nenes, qué mal!
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