viernes, 3 de junio de 2022

Atornillados al sillón

 

Esos bolcheviques de pacotilla, esos niños del exorcista, precoces en las malas pulgas, que sostienen al Sánchez ese en el poder, andan muy disgustaditos con la OTAN.

Aunque su queja nunca les da para dimitir de los ministerios que en pago de su apoyo recibieron, que es lo que haría cualquier persona con dos “deos” decentes y dos de frente.

Pero los anima el hecho de que el jefe, miedoso de perder él mismo el sillón (pelele tembloroso en manos de gamberros, mercachifle vendedor de patrañas) tampoco se atreverá a echarlos.

Así que continuarán metiendo su clásico ruido protestón porque preferirían que todo el presupuesto se fuera en sus chiringuitos de propaganda, ideología y delirios, en sus solapados o descarados chanchullos entre colegas del jaleo y el trapicheo.

Son los antibelicistas que sólo perdonan las atrocidades y los muertos cuando corren por cuenta de sus verdugos predilectos, sátrapas de Cuba, Nicaragua, Venezuela, la propia URSS que hoy permanece con una actualizada etiqueta de pésimos disimulos.

Qué monada.

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