martes, 9 de noviembre de 2021

La tarta de los timadores

 

-¿Y no te parece que en tus líneas de ayer se observaba un marcado desdén por la “corrección política”?

-Ya lo creo; y no sólo en las de ayer.

-Duro estilo.

-Ni tanto. Ese dictamen sí podría a veces casar con Quevedo, del que ni a tímido aprendiz me atrevo a considerarme; que bien quisiera, de tanto como a su maestría debemos. Lo que pasa es que la banda está borracha; y que está demasiado de moda esa tarta en la que andan mezclando, y con tontería, los melindres del disimulo y el dengue resbaloso, cobardón, de no llamar a las cosas por su nombre…

-… ¿de toda la vida?

-O del rigor y la mera propiedad.

-Igual son cosas de la globalización.

-Y de su esponja elusiva que de continuo nos pasan por el cerebro con sospechoso e interesado mimo.

-¿Estás mayor y tu reino no es de este mundo?

-Y que dejé ya el descafeinado de mi prehistoria. Ahora, sólo café-café.

-O sea que el lenguaje “inclusivo"…

-¿El qué? Anda, tira.

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