Como
durante una época llegó a haber mucho pitorreo a cuenta de los pantanos que
Franco impulsaba; y como, ya en cuentocracia, nos metieron la prisa de
volvernos de urgencia los más limpios y renovables del mundo mundial, y que
éramos la vanguardia del ecologismo rabioso y que había que eliminar cuanto
antes las plantas nucleares, etc….
ahora
resulta que somos el ejemplo más moderno de la precipitación, de la
improvisación y de la imprevisión (y seguro que de los correspondientes
chanchullos) y así nos va.
Los
visionarios del progresismo eluden culpabilidades, como siempre, y sale un
señor importante de Endesa que, con palabras y gesto mesurado (y un
inexplicable aire a Antonio Banderas), nos canta las verdades del barquero,
dejando que haga el indio a solas la figurante esa de la empatía.
Ana
Rosa, al escucharlo, compone un retocado rostro de comprensión, una carita de
circunstancias, mientras se incorpora a su puesto de la “tele”, con un relax
inicial que debe ser fruto de sus descansadas vacaciones.
-Descanso y vacaciones, ¿no queda redundante?
-Puede. Y también quedan redundantes los
pañitos calientes con los que se nada y se guarda la ropa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario