Mientras
que el Hipocampo tiende a abominar de los dispositivos tecnológicos y, clásico
como es, casi haría extensible esa suerte de rechazo a más de cuatro formas de
la modernidad “como si no hubiera un mañana”, Maritere concede a tales
artilugios la eficacia que sin duda merecen, sumada a cierta innata afición
impulsada por su curiosidad.
De
ese contraste extraen a veces el análisis de los pros y las contras inherentes.
Y
como recientemente ella, inspirada por la “conexión aragonesa”, incorporase a
ALEXA a su relativo arsenal, se ha puesto de manifiesto que la nueva “tendencia”
implica una faceta duplicadora (usurpadora) de funciones que con regularidad
ejecutaba alguna aplicación del teléfono móvil, tradicional ya en el uso de
nuestras vidas.
Está,
así pues, por determinar el futuro de esa voz semihierática que, valiéndose de
la seducción y las lucecitas embaucadoras, pretende constituirse en emisaria de
los designios globalizadores de remotos y secretos “lobbies” que, so pretexto
de facilitarnos la existencia, subrepticiamente, otras veces con descaro
inaudito, aspiran a acrecentar su peligroso propósito de alienadores
sometimiento y adicción (id est: de mangoneo).
Y
desde luego que en nada favorece al Hipocampo, para un hipotético cambio de actitud,
la singular torpeza que caracteriza su relación, harto desconfiada, con esos
inquietantes, impredecibles “a futuro”, dispositivos.
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