-Mucho deben haber llegado a repugnarte
los comportamientos del desgobierno (y de los políticos en general) para que
hayas dejado de opinar sobre sus fechorías.
-Exacto. Esa gentuza cansa a las piedras.
-Así pues, ¿abandonas? ¿Acaso no asistes
ahora a la intoxicación leprosa de los telediarios? ¿Vas a vivir de espaldas a
la realidad?
-Demasiadas preguntas; y pocas ganas de
responder.
-¿Pesimista?
-Con los votantes como están, echados a
perder… ¿cabe otra posición?
-¿Y qué te propones?
-Un descansito, tú. Igual “me se”
agradece.
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