con
aquello del alcalde y el vecino en lo que oscilaba Rajoy.
En
cambio ahora tenemos al Sr. Gabilondo ese, cuya actuación reciente, balbuceante
y asombrosa de dicción y tropezones, con la añadidura del manoteo con los
brazos en cruz y otras lindezas, nos hace pensar si, en vez de la vacuna, ha
resuelto aplicarse alguno de los combinados de “delicias creativas” que el
tramposo Tierno (espabilado beneficiario de las frivolidades de la “movida”)
recomendaba en aquella arenga de “colocarse y al loro”.
Felipeglez
tenía otro tirón, otra desenvoltura. ¡Que desvaído ha quedado este falso
socialismo de nuestros días!
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