lunes, 26 de octubre de 2020

Entre espectadores

 

-Si yo fuera votante de Casado

reconsideraría mi postura

al contemplar con cuánta caradura

de su socio Abascal ha renegado.

Hasta el tocayo le llamó “brillante”

al desplante ocurrido el otro día,

porque en este apagón una bujía

ya le parece una antorcha de antes.

Pero lo que demuestran estas mañas

-cálculo y estrategia y maniobra-

es la facilidad de “hacer la cobra”

que tienen los políticos de España.

 

A este Pablo que, descafeinado,

pretende ser un líder de derechas,

¿habrá que preguntarle con sospecha

qué clase de tabaco se ha fumado?

¿Es desaire o elemental traición

dejar tirado como una colilla

al que en Madrid, en Murcia y en Sevilla

le aseguraba del mando el bastón?

Y cuando se ufanaba

de conseguir que Vox y Ciudadanos,

aun con melindres, se dieran la mano,

¿este renuncio era el que preparaba?

 

Que aunque Santiago, atónito, asegura

(a pesar de la fea jugarreta)

que no va a retirarle sus apoyos,

lo cierto es que ha quedado como un jeta

mudable, de dudosa arquitectura

y, de paso, un aprendiz de escollo.

 

-Ya te digo.

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