De sustos y efectos, más bien gratuitos, para sobrecoger al espectador, y a base de volumen en el sonido y estampidos súbitos, repentinos, en las imágenes, se construye "El cementerio de animales", peli de pretendido terror que nos confirma la conveniencia de no volver al género, cosa a la que no nos atrevimos en muchos años, por sus reiteradas mediocridades y obviedades conceptuales. Niños/víctimas, fáciles y frágiles de suyo, una casa que avisa desde el principio que será escenario del desastre y la enésima mirada a zombies y otros fiascos clásicos. Exenta de sorpresas, harto previsible, como no sea Ud. complaciente forofo "ad hoc", no le encontrará interés a este cementerio que en nada se parece al de Castro Urdiales, del que dicen que es artístico y hermoso y al que de visita espero que vayamos algún día.
Por su parte, a "La espía roja" le falta convicción y estructura, no termina de enganchar y la historieta queda medio roma, de manera tal que la abuelita es menos bienintencionada que sosa y hasta los comunistas del argumento son tan de toda la vida que resultan unos inocentones a fuerza de simples y elementales.
Queda claro que la Semana Santa no es tiempo de cine; ni de cofradías, cuando a mares llueve.
Por cierto, a los traductores para el doblaje al español de "La espía...", les recomendamos que usen "sangradura" que es el término que de verdad corresponde y no esa tortuosa elipsis del "pliegue del codo o pliegue del brazo", como nos pareció entender, sumidos en un relativo desconcierto.
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