¿A qué transmutación atribuiremos
los nuevos modos, suaves y abaciales,
con que te nos presentas al presente
aspirando al sillón de presidente?
¿Cómo debemos entenderte ahora?
¿Son la paternidad y las ternuras
-- los pertinentes mimos y cuidados --
lo que impensablemente te ha domado,
y como aquel suceso de San Pablo
(por cierto, Pablo como tú, tocayo)
te ha bajado de tu cabalgadura?
¿Qué fue del Robespierre incorruptible
cuya furia tomabas como ejemplo
-- venablos y denuestos en el "Templo
de la Soberanía Popular" --
lanzando apocalipsis y anatemas,
con la revoluSión de estratagema
mientras llegabas a Galapagar?
¿Qué nos queda envidiarte
fuera del espesor de tu coleta?
¿Vamos a verte "porque tú lo vales"
anunciando también a l´Oréal,
despues de defender que baje el IVA
para la íntima línea femenina,
y tras las purgas en tu comitiva?
¿O piensas regresar a tu doctrina?
Suspensos nos mantiene,
porque nos huele todo a chamusquina,
que intervengas, trayendo la ruina
al gobierno que viene.
No hay comentarios:
Publicar un comentario