Ahí están esperándote, como suele ocurrir, las moscas cojoneras, las alimañas que te acosan con la curiosidad morbosa e insolente, con el pretexto de transmitir una "información" que paladea de antemano la complacencia de la masa, de las audiencias crecidas y rentables, todo el mal olor de un linchamiento, de un escándalo agrandado que los de a pie apenas sufrirían pero que, siendo quien eras, no debiste minusvalorar.
Pasándote de listo, más tonto tú, al ceder a los impulsos de una innecesaria codicia sin límites, de una vanidad y de una impunidad que quizá llegaste a imaginar como un escudo inexpugnable.
Tus manejos no han tenido mayor salida. El personal, con cierta frecuencia elige aires de plebe y de grosera verbena; y de acuerdo en que el escarnio sobra; pero conviene no dar motivos, ni siquiera "clavos ardiendo", para que se produzca y para que la legión de los buitres desmenuce incansable toda tu peripecia; para que las mofas de los envidiosos y los abucheos del "respetable" vuelvan a escenificar una estampa que algo evoca a la del jorobado de Notre Dame, puesto en la rueda y sin la gitana.
Y luego: que Dios reparta suerte para que el diablo no nos coloque donde el poderío de la tentación nos ponga a prueba. Acaso nadie podría tirar la primera piedra.
Totalmente de acuerdo, ya sabes "que te pongan donde haya", pero la única falta, que no delito, del chavalito fue seguir otro sabio consejo "donde fueres lo que vieres"; con la fácil inmunidad que da participar a título lucrativo y alegar "fool in love". Toda una dotrina
ResponderEliminarSalud y abrazos desde Aluche.
Como decía mi abuelo, «si quieres conocer a Juanillo, dale un puestecillo». Que no nos veamos en parecida situación.
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