miércoles, 13 de junio de 2018

El poderío de la tentación

Ahí están esperándote, como suele ocurrir, las moscas cojoneras, las alimañas que te acosan con la curiosidad morbosa e insolente, con el pretexto de transmitir una "información" que paladea de antemano la complacencia de la masa, de las audiencias crecidas y rentables, todo el mal olor de un  linchamiento, de un escándalo agrandado que los de a pie apenas sufrirían pero que, siendo quien eras, no debiste minusvalorar.
Pasándote de listo, más tonto tú, al ceder a los impulsos de una innecesaria codicia sin límites, de una vanidad y de una impunidad que quizá llegaste a imaginar como un escudo inexpugnable.
Tus manejos no han tenido mayor salida. El personal, con cierta frecuencia elige aires de plebe y de grosera verbena; y de acuerdo en que el escarnio sobra; pero conviene no dar motivos, ni siquiera "clavos ardiendo", para que se produzca y para que la legión de los buitres desmenuce incansable toda tu peripecia; para que las mofas de los envidiosos y los abucheos del "respetable"  vuelvan a escenificar una estampa que algo evoca a la del jorobado de Notre Dame, puesto en la rueda y sin la gitana.
Y luego: que Dios reparta suerte para que el diablo no nos coloque donde el poderío de la tentación nos ponga a prueba. Acaso nadie podría tirar la primera piedra.

2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo, ya sabes "que te pongan donde haya", pero la única falta, que no delito, del chavalito fue seguir otro sabio consejo "donde fueres lo que vieres"; con la fácil inmunidad que da participar a título lucrativo y alegar "fool in love". Toda una dotrina
    Salud y abrazos desde Aluche.

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  2. Como decía mi abuelo, «si quieres conocer a Juanillo, dale un puestecillo». Que no nos veamos en parecida situación.

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