Desconocemos las ocultas intenciones de quien ha rematado (literalmente) la densa y pasmada carnalidad de Jennifer con ese flequillo más rancio que rígido; como no sea que se tratara de poner en entredicho el garbo ¿discutible? de las espías rusas.
En todo caso, como ya sabemos que los espías en general son malos, malísimos, mucho peor si sus labores se duplican, triplican y cuadriplican hasta superponerle tal espesor a la trama que podemos perdernos en el sordo abismo de la incomprensión, mientras las traiciones y las delaciones y las torturas se prodigan con ancha y espectacular generosidad y Ud. sale del cine con la turbia sospecha de que "Gorrión rojo", con sus academias de "entrenamiento" sadomasoquista y espantosa manipulación, es una "peli" que no termina de explicarse ni siquiera cuando lo intenta.
Puede que valga para resaltar lo sórdido y abyecto de según qué gente y para generar en los espectadores una incomodidad considerable.
Volvía a llover, a la salida. Dicen que los gaditanos ya se están preparando para el advenimiento de una mutación que incluirá como rasgo distintivo la génesis gradual de branquias, al modo de las que adornaban a Kevin Costner en alguna de sus más legendarias caracterizaciones.
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