Hay que tener toneladas de jeta
para pedir sin mayor parpadeo
que quien venció, ante ti se someta
y te bendiga el mendaz cachondeo.
Hay que ser cínico, asaz caradura,
para cocer ese sucio chantaje:
-- O me regalas esta investidura
o pactaré con el soviet salvaje.
(Mientras proclamas la burda mentira
de que es el otro el que impide el gobierno,
tañendo con tu lira
tu canción tonta de falso "moerno".)
Y encima un porcentaje
del personal ignaro y maleable
te compra la averiada mercancía,
el caldo rancio y el turbio potaje,
la cháchara vacía
de ese cuento con rostro de cemento
y de añejos rencores miserables.
¿Se volverá en España a la cordura,
a la decencia, al camino modoso,
cuando paguemos todos la factura
de mamoneo tal y tan pringoso?
España: Dícese de aquel país en que no cabía un jeta más
ResponderEliminar