La redada que, sobre la orquesta
andaluza del “pringue” y el “mangue”, se viene realizando en estas calendas
recientes.
Y hay que tener una impasible cara de
hormigón para seguir ahí y hablar de ética, de coherencia, de méritos y de que
vosotros sois los divinamente “elegidos” para conducir el cambio.
El cambio, ¿a qué, Díaz, Sánchez, y
la nutrida comparsa de enchufados, trincones, imputados, investigados?
No es que la gente sea absolutamente
idiota. Es que la tenéis en coma inducido a base de manipulación y amplios
repartos de grandes o menudas porciones de tarta.
Así que, quien más quien menos, todos a
merendar y a mirar para otro lado.
Qué desastre.
Por cierto, rimbombante referente de esa
escudería calculadora, Felipe, patético mediador no solicitado, espontáneo en
ruedo ajeno, con tanto como hubo y queda por lidiar aquí, en el propio,
demasiado retorcidos los colmillos de los viejos jabalíes, nada clara la
trastienda.
¿Por qué no “cada uno, en su casa y
Dios, en la de todos”?
No hay comentarios:
Publicar un comentario