que varias veces ya he manifestado, ayer (aunque el día
se puso desapacible, frío y lluvioso), resuelto a que no se me escapara de la
cartelera “Mr. Turner”, me sacudí el confortable apoltronamiento vespertino de
sofá y radiador y me llegué hasta
Cádiz.
Será cosa de circuitos de distribución o algo así, pero
hay ciertas películas que no figuran en mis cines de cabecera, un punto
comerciales; y en cambio se encuentran en estas salas del centro – centro, tan
inusuales de estética, tan inverosímiles en 2015.
Poniendo a prueba la afición antedicha, dos horas y media
dura “Mr. Turner”. Densidad, sordidez, opresión, decadencia, aspereza. Lienzo
rudo y serio, diálogos con la retórica social ceremoniosa y la británica
rigidez que debieron darse en la época y el ambiente que se retratan. Algunas
escenas de penetrante belleza. Sobresaliente actuación del protagonista y garra
y carácter en los demás personajes de una obra que creo consigue plenamente su
objetivo.
A la salida del cine, la carrillada ibérica picante de
Casa Lazo y una copa de manzanilla de Sanlúcar eran un bálsamo de vida que
ayudaría a transitar la desolación que anoche tenían las plazas y calles,
siempre hermosas, de la ciudad, camino del aparcamiento, cerca de la cuesta de
las Calesas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario