Veteranos y alevines

Llegan noticias, datos, información de las investigaciones.

A la prensa, a los medios de comunicación habrá que agradecerles todo lo que están tirando de la manta, que si no… Aunque lógicamente se atengan a lo de “presunto”, en tanto que las sentencias se retrasan, porque hay falta de presupuesto, y lentitud, y hábiles recursos garantistas para los encausados, y protocolos, procedimientos, dilaciones, tantos laberintos que algunos se irán, se van yendo, de rositas porque la prescripción y bla, bla, bla.

El ciudadano corriente ya no puede con su asombro; no es que fuera confiado ni ingenuo, cosa casi imposible en estos tiempos de aperreo y trampas, sino que ni la más caudalosa imaginación habría podido aproximarse en un hipotético cálculo a esta aplastante realidad.

Los infinitos fuegos de artificio que nos proporcionan a diario los escándalos de la “pasta” nos están colapsando, entre el desconcierto y la desesperación.

Aunque desde luego, nada que ver entre el profesionalismo, la organización y la enjundia de, por ejemplo, los trucos pujoleros, tan veteranos, y el estilo, todavía, de aspirante o aprendiza de brujo que trasciende de las negativas escolares, de la insostenible carita de yo no fui con la que pretende enrocarse la nueva musa de Izquierda Unida, mientras la Comisión de Investigación (socorro) da curso a sus conclusiones.