Los señores de toda la vida, o los que iban llegando a
serlo, solían edificar sus palacetes frente al mar pero a una cierta distancia
y aprovechando la altura de un acantilado estratégico, de alguna ladera de
colina cercana. Esto de la primera línea de playa no “se llevaba” todavía. Así
se ven en Castro Urdiales, en Santander, en Comillas. Así emplazado está el neomudéjar que llaman
Casa de los Navajas, en Torremolinos, ahora incorporado y restaurado por el
Ayuntamiento de turno.
Al pie y a la vista de esa casa, cruzando el paseo
marítimo, se sentó a hacer tiempo, esperando al pianista.
Pidió una botella de Albariño y, a pesar de lo temprano
de la hora y de que lo mirasen como a un “guiri”, sucumbió al espeto
irresistible.
Sobre el mar, un gran barco de pasajeros transatlánticos
(que por suerte todavía parecía un navío verdadero y no un bloque de
apartamentos) con el destello múltiple de sus luces, ya al final del crepúsculo,
era una estampa elegante y clásica.
Sintió el latido en el cerebro que siempre le avisaba cada
vez, desde año y medio atrás. Y supo así que tendría otra visión:
“Por
la borda, inadvertido por todos, un pasajero de nombre Ulises, ha caído al
agua. Está aturdido por el exceso de champán y los combinados de ginebra ingeridos
durante el baile que el Capitán manda celebrar una fecha concreta, en cada travesía.
Bebió demasiado, recurso inútil, y peligroso, para conjurar la amargura y el
despecho que lo enloquecen ahora que ha comprobado la infidelidad de su esposa.
Tras la última y encendida discusión, ella le ha pedido el divorcio, y ahora en
el salón baila coqueta, ajena, desentendida, con un actor alemán que han
conocido en este viaje. Este fatídico viaje.
Ulises
no está reaccionando y las olas lo alejan pronto del buque. No puede creer, con
la mínima consciencia que le queda, que va a morir ahogado. Ni puede saber que…
El visionario, ante el vino blanco, siente llegar
anticipados los pormenores del desenlace:
Del
otro lado de la vida, Ulises, que se hunde interminablemente, cae en profundas
simas, un tiempo imposible de medir y…
¿percibe luces en el agua, sueña, es verdad que se está transformando,
branquias, incipientes aletas, insólita movilidad submarina de seres hermosos
que van dejándose ver entre formaciones fantásticas de coral, entre sombras,
entre las elásticas y frondosas algas más escondidas…?
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