Por cumplirse el primer aniversario del blog del
Hipocampo, o por muy otras razones, de improviso le dije:
“Ni se te ocurra ponerte melindrosa. Si yo, que tengo
diez veces más edad que tú, no me quejo, no puedes salirme con esos dengues de
la pereza. Además, ni siquiera son 700 kilómetros: no dirás que te pido la
luna. ¡Hale, a Madrid!”
Creo que lo he comentado antes: tiene sus días
caprichosos pero, en el fondo, es buena chica.
Y tan azul…
Pero, claro, con la juventud, no percibe que a veces,
sólo a veces, somos la reencarnación andaluza y dubitativa del Llanero
Solitario.
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