Vínculos acaso indefinidos pero consistentes de
inteligencia y sensibilidad me acercan a Roberto Fiorilli, veterano compañero
de la música y otros tiempos.
Por indirecta y discontinua que nuestra relación sea, en
estos días me alegra sobremanera recibir de él un CD que su talentoso hijo
Hamlet ha grabado en 2013.
“Pa´lante” se titula este gustazo de obra llevada a cabo
por Hamlet y su Experimento de Jazz Latino (Latin Jazz Experience), obra plena
de brillantez, precisión y maestría. Hay virtuosismo instrumental y técnica;
pero también están ahí, por fortuna, la inspiración, las hermosas y sugerentes
transiciones y contraposiciones, las ricas consonancias y disonancias de unos
músicos que conocen a fondo la intención y el camino.
Conocí a Hamlet cuando mostraba su rostro absorto y
apacible a la altura de una mesa y la edad de cinco o seis años, creo. Roberto
tiene motivos para el orgullo y la satisfacción de los buenos patriarcas.
Que el observador, casual o atento, de esta reseña, se
sirva releer ahora el epígrafe, a modo de colofón.
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