Y, ¿te parecerá viable, artístico, merecedor de reflexión
filosófica que, como un peregrino, deambule tras tus erráticos y divergentes
pasos, por los salones, pasillos, estancias varias de la mansión entre rústica
y municipal, con un calcetín impar en la mano como si se tratara, acaso, del
farol de Diógenes, o bien como Jasón y sus argonautas, abstracto y ultramarino,
o puede que ultramontano, descubridor de inexplorados e inéditos parajes?
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