(No es seguro que sepan siquiera poner la coma.)
Y la primera en la frente: “kids”, ¿qué?, ¿chicos?, ¿chicos faltos de diversos hervores a los
que hay que denominar con palabra de una lengua ajena y ya cansina? Y eso,
¿para que inexplicablemente se sientan más capaces, más importantes, menos (en
su previsible propia opinión) inferiores?
Muy de refilón, vertiginosamente de refilón, me he
asomado algunos segundos para observar la bajeza estética, la imitación
rastrera, el patetismo hiriente de sus “cualidades”, como poco, inmaduras y
forzadas. La pronunciación pedestre de esa lengua en la que con frecuencia
remedan esta o aquella canción.
El entusiasmo teatrero y alquilado de los “jurados”, que
luego los entrenarán, la responsabilidad de los buitres de la productora y de
los padres que exponen de forma tan lamentable y ávida de dinero a esos
cachorros, ¿tendrá repercusión, ajuste en ese asunto del karma?
Perforantes.
El Hipocampo hace una pausa, ¿“break” para los papanatas
y los cosmopolitas de diseño?
Se propone retomar esta suerte de velo o tapiz de
Penélope a 6 o 7 de marzo, poco antes de San Rodrigo. Se sentirá muy
reconfortado con las adhesiones y fidelidades que permanezcan, tras los
procelosos acontecimientos en los que política, economía y otras estafas nos
tienen sumergidos casi a diario.
Salve.