Los programas de televisión más o menos
potables suelen acaecer a horas en que Ud. está ya hasta la coronilla de
chorradas, convenientemente anestesiado, ataviado del consecuente pijama, y
realizadas ya las abluciones de fin de jornada, previas al sueño.
Es el momento de renunciar a esos
programas, con la conciencia lastrada por haberse envenenado con una apreciable
y despreciable porción de las tonterías precedentes. Y ahí ocurre que entra Ud.
al cuarto de baño, para la prudente micción de cierre, y en un ángulo de los
azulejos divisa, con la vista analítica que todavía conserva, a una araña, no
se alarmen, de pequeño formato, la cual, sorprendida por la repentina luz que
acaba Ud. de encender, comienza a desplazarse disimulando, con un inequívoco
propósito de pasar desapercibida, de huir ante el previsible ataque del gigante
humano que para ella Ud. supone.
Ud. la mira con atención y recelo,
calibra los diversos procedimientos disponibles para su eliminación, incluso
vagamente considera un cierto “laissez faire...” que enseguida descarta, y admite
que el uso, ahora, del pulverizador insecticida (cómodo y distante sistema de
exterminio, eso desde luego) implicará, también puede decirse con Borges
comportará, un automático aroma dudosamente agradable esparciéndose en el aire.
Y, una cosa trae la otra, sobreviene una
idea si no brillante al menos perfumada y, como se verá a la mañana siguiente,
eficaz, Ud. rocía una, dos, tres veces con el spray, que dicen los
cosmopolitas, de histórica colonia de baño S3 a la mínima invasora que de
inmediato acusa el tratamiento con tambaleos zozobrantes y de manifiesta
vacilación y reconcomio.
El encogido cadáver del “día después”
confirma el acierto de la decisión aunque no permite comprobar una última
expresión de glamour, de sorpresa final en el semblante del finado bicho, en el
relato de cuyo lujoso óbito hemos derrochado la última media hora.
“Cuando el
diablo no tiene qué hacer, etc....”
Corazón, no sé si realmente te ha sentado muy bien la pausa o todo lo contrario. Eso sí, me he reído muchísimo, aunque ya puestos, podrías haber utilizado una de tus fragancias favoritas "Agua Brava". Jaja
ResponderEliminarDonde se ponga un buen zapatillazo, que se quite lo demás jaja
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