No por virtud profética, barruntando que iba a haber
protestas para largo, sino por simple observación de las típicas pautas en los
jaleos, escribí en mayo de 2012 lo que sigue:
En
TVE, hoy le preguntan (con insistente tono, con fuerte carga crítica) al
presidente de Baleares, como le preguntarían a cualquier otro, por el asunto de
los recortes, que él prefiere llamar reestructuración y cosas así; pero, cuando llegan al meollo, resulta que
la presentadora, creciente fama de exigente en la tribu, resume su apremio
diciendo que entonces lo que pasa es que los médicos, etc. tendrán que trabajar
más.
Y,
exactamente eso es lo que pasa, queridos, que habrá que trabajar más. Pero la
referencia es que lo que van a trabajar
más, por lo visto son dos horas
semanales.
37 en
vez de 35.
Así
que antes, con 35 horas de trabajo se ganaba el dinero suficiente, en teoría,
para la semana, de la que quedaban (para ducharse diariamente y lavarse mucho
las manos, dormir, ir a Mercadona, comer y, los metrosexuales, acicalarse,
también algunos ciudadanos leer y escuchar música, hacer deporte, amarse los
unos a las otras, como más o menos dijo Jesucristo) 133 horas disponibles. Esto
no es precisamente lo que se diría “eslomarse”.
Y
ahora, pobrecitos míos, tendrán que trasvasar dos horas de un montoncito al
otro, cosa inaudita y abusiva que de inmediato levanta ampollas y virulenta
reacción en las calles.
“Injusto
e intolerable recorte de los derechos esforzadamente adquiridos por la clase
trabajadora”. Así lo definen los sindicalistas, los golfos liberados, alto
ejemplo de laboriosidad y decencia.
Nos
miran desde fuera, con este mapa y este calendario sembrados de ferias y
romerías, botellones y juergas, puentes, celebraciones y un número de huelgas
tan impresionante como las cataratas del Niágara.
Y con
el grito en el cielo por 2 horas más a la semana, en vista de que llegaron las
vacas flacas y hay que recortar el cachondeo. Nos miran y se hacen cruces,
llegando a considerar que 2 horas más, a la semana, no le supondrían una hernia
a nadie.
No me
olvido de los cabrones que, debiendo dar ejemplo, siguen a lo suyo, al chuleo.
Pero
a nosotros lo que nos gustaría de verdad es recortar de 35 a 30, o a 20, o
incluso algo menos.
¡Qué
guay!
Fin de la cita. Ahora es octubre de 2013. Ayer hubo movida
contra Vert y, ya de paso, destrozos en algunas ciudades, que tanto les gusta a
los huelguistas, piquetes mafiosos, que son las pandas de listos que defienden
sus asuntos (o lo que sea eso) amenazando a los que no se dejan arrastrar,
lindezas así.
A propósito, los automóviles híbridos siguen teniendo una
mierda de autonomía en modo sólo eléctrico. En cambio “el Gordo” hace mil
kilómetros con un depósito de gasoil. Gran sofocón para los ecologistas.
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