miércoles, 11 de septiembre de 2013

Un chuminoso modo

El pragmatismo, esa deplorable miseria humana, y la insufrible frivolidad de las modas han decidido someternos a la tiránica imposición del uso, a toda hora, del idioma inglés. Tanto ha calado la sugestión de esa interesada arbitrariedad que incluso los más recalcitrantes antiyanquis, haciendo honor a sus proverbiales incoherencias, admiten y hasta preconizan entusiasmados tan veleidosa realidad y la aplican a sus mediocridades con bovina fruición.
Cuando en diversas ocasiones, algunas de ellas recientes, nuestros figurones se vuelven patéticos y nos cubren de oprobio/bochorno/vergüenza ajena, al esforzarse en chamullar esa abstrusa y retorcida lengua, en cierto modo están declarando su complejo de inferioridad, su manso seguidismo y, cuando lo hacen tan rematadamente mal como vamos viendo, su crasa ignorancia de una asignatura que tampoco tendría por qué ser así de obsesivamente obligatoria.
Porque también podría darnos el antojo de extender como “lingua franca” el chino, el ruso, el árabe… o el español, mira tú.
Que lo que no sea regresar con honra y legítimo orgullo al latín, no es más que un chuminoso modo de arrastrarse por los cauces más facilones hacia el dinero.  

4 comentarios:

  1. Se ve que viste la intervención de Ana Botella. ¡gloriosa!. A mí también me dio mucha vergüenza que nos defendiera esa señora,... pero es lo que hay, esa es la representación del PP.

    Pese a todo te seguimos queriendo.

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  2. Demasiado escasito, reducir este tema a un asunto de partidos. Me acuerdo ahora del antecesor respondiendo a un grupo de periodistas ingleses: Yes, cenqiu....

    Vivimos una auténtica tiranía del inglés, doy fé pues lo sufro a diario por motivos laborales. Desgraciadamente, veo nulas posibilidades para "darnos el antojo" de cambiar esto, al menos en unas cuantas décadas.

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  3. Demasiado escasito, reducir este tema a un asunto de partidos. Me acuerdo ahora del antecesor respondiendo a un grupo de periodistas ingleses: Yes, cenqiu....

    Vivimos una auténtica tiranía del inglés, doy fé pues lo sufro a diario por motivos laborales. Desgraciadamente, veo nulas posibilidades para "darnos el antojo" de cambiar esto, al menos en unas cuantas décadas.

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  4. A esta señora le tenían que haber puesto un bozal o, mejor aún, un intérprete, que para eso existimos. Dejando a un lado la triste "performance" de Mrs Bottle, tampoco debería librarse del chaparrón el petardo que le redactara el discurso (pues seguro que no era de cosecha propia), porque más ñoño e insulso no nos lo podrían haber despachado ni los guionistas de las series adolescentes del Disney Chanel.

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