Ser inmigrante es el lado complementario de ser
emigrante, aunque ahora se emplee menos esta palabra.
De manera creciente, llevamos conviviendo con el asunto
de la inmigración demasiados años como para que todavía se emitan comentarios
ignorantes, frívolos y/o malintencionados.
La gravedad del tema debería excluir la mala información
y la demagogia: las personas (millones) que, al sangrante precio del
desarraigo, se marchan a una tierra ajena a buscarse la vida – en el mejor de
los sentidos, si se quiere; con métodos y objetivos de toda índole – no suelen
hacerlo por espíritu de aventura ni por capricho, ni por afán de ver mundo y
cambiar.
La causa, en esencia y para la inmensa mayoría, no es
otra que una situación económica dificilísima o directamente desesperada. Esto
puede justificar y explicar el fenómeno. Y si las naciones prósperas y sus
gobiernos tuvieran, que no, algo de vergüenza torera, sentido cristiano, o mera
visión práctica a medio y largo plazo, ayudarían con seriedad y eficacia al
auténtico desarrollo de los países pobres; y se quedaría en mínimos la
inmigración, con los problemas
gravísimos que conlleva.
Pero comparar la actitud y el comportamiento (en general respetable,
respetuoso, ordenado) de nuestros compatriotas que a mediados del siglo XX
emigraban a Alemania, Francia, etc. con el turbulento y transgresor estilo de
quienes se nos cuelan ahora ilegalmente para acabar, por ejemplo, con
exigencias amotinadas y, ¿se acuerdan?, invasión bárbara de esta o aquella
catedral, es sencillamente una mentira como un armario. Digan lo que digan los
más “progres” y “humanitarios” tertulianos, instalados casi siempre en los
cómodos tendidos de sombra, los españoles emigrados jamás intentamos poner (y
por la cuenta que nos traía) patas arriba la sociedad extranjera que nos
acogía, ni forzamos la inclusión a contrapelo de cuñas con nuestros ritos,
costumbres, velos de más o de menos.
¿Será que las comparaciones mentirosas pueden ser
interesadas e interesantes, según para qué urnas?
¿O que “a río revuelto.... ”?
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