Empleados que a sueldo tiene España
en su delegación de Barcelona
vuelven con enconada ordinariez
y malos modos a meter cizaña.
(Precisamente ayer,
la disfunción de muchos funcionarios
era el motivo para proponer
la paulina de nuestro comentario.)
Y debe ser que estos petardos piensan
que el medio de que crezca su estatura
es un quiero y no puedo que a la prensa
le dé carnaza fresca de impostura,
ruidosos titulares
que desmienten aquella antigua fama
de buen comercio e industriosos telares.
Si en la empresa privada
estos memos su nómina tuvieran,
ya les hubieran dado la patada
con un simple expediente de expulsión.
Y en la calle estarían…
¡con el frío que está haciendo estos
días!
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