Esas
olas de espuma, alborotadas,
de
este fin de noviembre que ya se aleja
me
prestan el pretexto, casi en bandeja,
de
un parangón de fiesta embelesada.
Al
llegar hoy a casa, me sugirieron
un
cabalgar de potros desordenados.
-No
olvides a las jacas, que la Montero
enseguida
te acusa de patriarcado.
-Tú
deja que prosiga, que desvarías,
y
estos versos no quieren tal vecindario
sino
un mero ejercicio, libre de arpías,
que
juega a un ajedrez de vocabularios.
Caballos
jerezanos, caracoleos
en
las vibrantes grupas de blanca luz.
El
“ballet” asombroso del rejoneo
de
un jinete que sabe ser andaluz.
-No
veo por do divagas, hoy no te sigo
ni
alcanzo a ver propósito en este “blog”.
-Solamente
son “flashes” que en el reloj
sueñan
con los antojos del tal Rodrigo.
¡Bonito, Maestro! ¿Legará pronto el Alejandrino?
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