por
la tomadura de pelo (era previsible) que han significado promesas incumplidas y
canijas “soluciones” mal o escasamente aplicadas, un sector de los
transportistas repite lo que ya plantearon el pasado mes de marzo.
Se
repiten también el ninguneo y la chulería de quienes debieran atender y
resolver el problema, tildando a esos trabajadores de “minoría” con reiterada
intención despectiva que corean casi todas las cotorras de la comunicación. Se
repite también el sistemático desmarque de las organizaciones “oficiales” del
gremio, típicamente mansas y resignadas (¿eso conviene?) a la pringue y la
sumisión.
Y
como, para los abusos, no hay bastantes inspectores que vigilen el cumplimiento
de la dizque “normativa”, se insta a los perjudicados a denunciar; lo que
implicará arriesgado autoseñalamiento y agotador y disuasorio calvario en un
pantano de pleitos que ya vamos viendo, en todos los ámbitos, los frutos que
da.
Por otra parte, con desfachatez se les recrimina que “no es buen momento”: la postiza idiotez del black friday, las navidades y otras tentadoras serpientes del consumo más imprudente, frívolo y enloquecido. Ese egoísmo insolidario y desentendido también pesa ya contra lo que fue contundente “minoría” de marzo.
¿A Vuesas Mercedes no les parece que es como "pa cagarse en tó"?
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