Cuanto consuelo procuren mi pluma
y mi intención leal y solidaria,
será apenas la espuma
que, con insuficiencia de plegaria
escasa, intenta iluminar la bruma.
La persona que cuidas
en esa apuesta firme y de por vida,
sabemos que no huye: es que es difícil
encontrar la galaxia de salida.
¿Y es un pretexto, un tema,
un recuerdo retórico al relente?
¿Nos aluden emblemas
de los que acaso no somos conscientes?
¿Y por qué nos conmueven
esa noble gramática latina,
el velado color aguamarina
y el laurel, tan lejanos de la plebe?
Hay “gorilas”
en esta discoteca
y portero de noche, en este hotel;
y ujieres, para que en las bibliotecas
no se cuelen los asnos
porque no saben apreciar la miel.
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