Se
entiende que sea muy difícil demostrar, probar la autoría de un incendio
provocado, de los que por desgracia tantos ocurren.
Pero
en los casos en los que se establezca, el castigo (que igual ya basta de usar “sanción”
para que suene más suave, con más dosis de “piedad
peligrosa”) para el criminal debiera ser tan fuerte que quedase
escarmentado y corregido definitivamente. Y que también, por qué no, sirviera
de ejemplo.
Porque
los daños causados son gigantescos y con frecuencia irreversibles. Y la desazón
y el agravio que se impone a la gente de bien son imperdonables: ¿melindrosa,
obsesiva, paranoica “proporcionalidad” en el catálogo de años de cárcel
aplicables? ¿Leyes blandas, “consideradas” con los maleantes? ¿Leyes elásticas,
“comprensivas”? ¿Reinsertadoras, caiga quien caiga?
Hay
que joderse.
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