Si os describe el levante
de este fin de semana
como un loco arrogante
que bate sus ventanas,
no faltará quien piense
-suspicaz, receloso-
que éste es “blog” de amanuense,
parco y menesteroso.
Que el estro de gaviotas
que otras veces aroma
los volubles renglones,
con sus puntos y comas,
y los tirabuzones
y rimas porque sí,
andan en bancarrota.
-Hipocampo,
¿es así?
-No
sé bien qué te diga:
que
a veces la vasija
que
vela el sortilegio
ni
se muestra prolija
ni
otorga el privilegio
de
dar con una intriga
que
merezca la pena
y
que no sea, de aliño,
embozada
faena.
-¿Y
algún cuento de niños?
¿No
tendrás uno a mano?
¿Una
ficción sencilla
que
entretenga el verano?
-De
arena y con sombrillas,
playas
blancas y azules;
escondidos
juguetes
al
fondo de baúles.
Besos
en los mofletes…
Blasco
Ibáñez, Sorolla;
dulces
de chocolate,
joyas
de altos quilates…
-No
eleves el dislate,
¡que
se te va la olla!
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