No está escondido: es sólo que se
envuelve
en sobrias y distantes cortesías,
viendo pasar la vida (la que quede)
como una sosegada alegoría.
Con la afición por las palabras guapas
(vitral, medusa, cornucopia, estrella)
dibuja los tesoros en sus mapas
y el cifrado mensaje en la botella.
En ocasiones tiene el espejismo
de retirarse a cierto monasterio
en el que elaborar los silogismos
más afines a su carácter serio.
Mas luego lo descarta,
pensando con ecléctico prurito
que demasiados disciplina y ritos
puedan ser cosas que a la postre hartan.
Así que se ha resuelto a que la mar
siga arrullando el sueño entrecortado,
sus desvelos, su forma de rimar,
en un “dolce
far niente” que delega
este acorde aromado de bodega
en la azarosa mano de los hados.
Querido maestro:Sólo ha pasado treinta y cinco años de tu "Boceto" y aquí, creo, tenemos la evolución que ya apuntabas, aunque "el próximo otoño no te amenace una rubia dorada". O sí?
ResponderEliminar!! Y que toque de punteo en ese tema!!
Salud y un fuerte abrazo desde Aluche.