Consecuentes
con el preverano
y
las altas temperaturas
que,
atípicas para el calendario,
dan
estos días de aventura,
inauguramos
el presente curso
con
la “rentrée” del ambigú
que
establece en las tardes transcurso
decadente
de blanco bambú.
Del
jardín, un sector se destaca,
resguardado
redondel en sombra;
sedentes
sillas y butacas,
amplia
mesa que un óvalo nombra.
Un
estampado de hipocampos
ilustra
oportuno el mantel;
y
con parsimonia sobre él
“el
camarero” de la casa
posa
copas, platos y tazas,
servilletas,
cubertería,
lo
conveniente para que el día
abra
paso al detalle variado
de
gastronomías y calorías
y
algún vinillo desenfadado.
Aplicados
a tal penitencia,
estos
versos os piden licencia:
sustentados
en derecho
y en contritos golpes de pecho.
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