abrirme
de capa ante este 22 con el sencillo trámite del oficio, resulta que es todo un
morlaco ése al que, como corresponde a tu temple, estás recibiendo con otra
porta gayola de las tuyas.
De
mozo de espadas, o de subalterno sin más, ya sabes que me tienes en tu
cuadrilla.
Un
abrazo, maestro; y que Dios reparta suerte.
Gracias de corazón, maestro. Lidiaremos, lidiaremos juntos como tantas veces
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