Más
allá de los ditirambos que, con su estilo de relativo sabio algo sentencioso,
le prodigue Burgos; del seductor y convincente sonido de la voz de Herrera,
recreándose en la suerte de la semblanza; de la coincidencia en los elogios, el
reconocimiento y la admiración de los veteranos que añadieron su opinión y su
testimonio; más allá del impacto de las imágenes recuperadas que, con su verdad
a veces desoladora, nos refrescaron la memoria; del aura de tótem con que el
protagonista nos da retazos, anécdotas de toda esa historia…
…
el documento de Canal Sur sobre Curro Romero nos deja la natural nostalgia de
una vida y unos lugares que han ido deshaciendo el viento de la ignorancia y la
mediocridad mentirosa, la insolencia idiota de los piernas al timón y la
decadencia sin educación que el falso cosmopolitismo “global” (chúpense ésa) y
las malas digestiones seudoculturales han ido imponiendo como una riada
imparable.
La
nostalgia de un tiempo que echaron a perder unos y otros, malgastando lo que
restaba del siglo XX, lo que significaron el valor, el esfuerzo, la lucha sin
cobardías, ni paños calientes, ni mariconaditas, con la realidad.
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