sábado, 18 de diciembre de 2021

El desayuno

 

La cotidiana frecuencia y la puntualidad bastante con las que tal rito viene teniendo lugar, naturalmente ha incrementado poco a poco el número de los convocados.

Desde el porche, sentado en el sillón del privilegio, los observo dar cuenta en menos de cinco minutos de la cuota de trocitos de pan que les he preparado previamente.

Todavía no hemos llegado al alboroto pero ya se detecta una creciente animación. Con entreverados vuelos rasantes que a veces a ellos mismos ahuyentan, aterrizan y picotean, coincidiendo resueltos, casi depuesta la prudencia, doce, quince, otros tantos en espera impaciente, desde las ramas del seto al lado.

Cuando desaparece la última miga, aún se acercan y merodean con movimientos de investigación desconcertada y ya sin fundamento, hasta mañana.

En la modosa pedagogía de la sola E, como debe ser, es de prever que más adelante quizá surjan algunas tensiones y porfías derivadas de la elevada concurrencia. Y que, posiblemente, tendré que aumentar mi oferta, aunque esa deriva, hay ejemplos, suele desembocar en una escalada de consecuencias impronosticables.

Dios sobre todo.

1 comentario:

  1. Sea prudente Vuesa Merced. Pionono inició rito similar hace unos años y primero llegaron los gorrioncillos, tiempo después los mirlos, y al poco empezaron a pelear con desgraciada suerte para algunos de los primeros. La cosa empeoró cuando se unieron urracas y córvidos, acrecentándose la matanza y, dada la cantidad de aves reunidas cada mañana, distintas rapaces iniciaron sus diarios ataque.
    Lo último ha sido ver posados a tres buitres en distintas alturas de árboles y tejados.
    PD.- ¡Qué rica la pajita que me he fumado!

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