que erráis el sustantivo.
Que lo de Salem fue muy otra cosa
y que churras mezcladas con merinas
no dan para devotas del Gran Chivo.
No era tan alto el listón programado.
Un tufillo de “Sálvame”, lastrado
por clamorosas, nítidas ausencias:
¿cómo no fueron allí las Montero
a derramar las luces de su ciencia?
¿Por qué a la Esteban, Carlota y Padilla
no se las convocaba a la “soirée”?
Y sin Rossy de Palma, esa cuadrilla
apenas era más que un paripé.
Casado, reparad en que el reflejo
de vuestras masculinas pejigueras
(de los discursos falsos y pendejos
de tan torpes, políticos partidos,
perdido el rumbo, cuando no torcido),
son estas soporíferas mujerAs.
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